La naturaleza tranquila de los espacios que rodean Punta del Este, en Uruguay, es el escenario de lujo donde el arquitecto Marcio Kogan ha planificado la Casa Punta. La vivienda, de un nivel único como para no herir el paisaje natural e integrarse plenamente  en él, se ha protegido visual y climáticamente de los vientos que  recorren la zona sin apenas obstáculos y de la que es una de las  principales zonas de atracción turística del país por sus balnearios,  entre el Río de la Plata y el océano Atlántico.
La casa se asoma a las aguas del embalse cercano y se cierra con un patio interior delimitado por muros de piedra, que define los espacios privados de la casa, que beben del racionalismo y la economía de formas.
Casa Punta está sostenida por dos de sus lados (norte y sur) por paredes de piedra, entre las que se inserta una caja de madera donde  se ubica, por un lado, la zona de noche mirando al embalse y, por otro,  la cocina y un lavadero, abiertas al patio y que disfrutan de la blanca  luz natural de este escenario único gracias a grandes vidrieras. La vida exterior adquiere en este paisaje solitario una nueva dimensión, que se ha planificado con una gran terraza y una piscina en la parte delantera, frente al lago, para las horas de asueto.
El equipo de diseño ha tenido buen cuidado de utilizar materiales locales, como las llamada piedras lajas de muros y suelos. La caja de madera se compone de celosías de madera a modo de paneles plegables en  forma de cuadrado, que pueden abrirse y cerrarse completamente y  permiten un total control sobre la iluminación natura. El techo de  hormigón visto, a modo de pequeño porche, proporciona sombra y confirma  la apuesta de Marcio Kogan por los materiales rústicos.
 Mesa y sillones de los años 50, encontrados en tiendas locales de antigüedades.  Lámpara de sobremesa diseño de Sebastian Wrong para Flos. Los objetos  antiguos proceden del Mercado de las Pulgas de Montevideo.
 
 
 
 
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